Internacional.- Las primeras redadas migratorias de la era Trump comenzaron el pasado martes, con la detención de 308 migrantes por parte de oficiales del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE). Tom Homan, zar de la frontera sur, confirmó que entre los detenidos había individuos con antecedentes penales, como violadores y asesinos.
“El ICE está haciendo su trabajo”, aseguró Homan, destacando que la prioridad es deportar a los migrantes considerados una amenaza para la seguridad pública.
Enfoque en criminales extranjeros
Homan explicó que las redadas están enfocadas en los migrantes con antecedentes criminales. Según el funcionario, hay alrededor de 700,000 criminales extranjeros en EE. UU., y la estrategia del ICE se centra en deportarlos. Aunque no se detallaron las ciudades donde se realizaron las detenciones, Homan enfatizó que estas son “operaciones selectivas” y no redadas masivas.
Ajuste en los planes debido a filtraciones
El gobierno tuvo que modificar sus planes tras la filtración de información sobre posibles redadas en ciudades como Chicago, San Diego y San Antonio. Las alertas en las comunidades inmigrantes obligaron a ajustar las estrategias, aunque sin especificar cómo.
Apoyo militar para las deportaciones
El secretario de Defensa interino, Robert Salesses, anunció que el ejército estadounidense apoyará las deportaciones con transporte aéreo, trasladando a más de 5,000 migrantes indocumentados desde zonas como San Diego y El Paso.
Promesa de deportaciones rápidas
Donald Trump reafirmó en una entrevista que las deportaciones masivas comenzarán “muy rápido”, y que la prioridad será “sacar a los criminales” del país. Sin embargo, se negó a precisar cuándo o dónde comenzarán. Mientras tanto, el debate sobre las implicaciones sociales y políticas de estas medidas sigue siendo un tema candente.