Mundo.- Este martes 31 de diciembre, un apagón masivo afectó a la mayor parte de Puerto Rico, dejando a más de 1,3 millones de clientes sin electricidad en pleno inicio de las celebraciones de Año Nuevo. Según informó Bloomberg, la interrupción del suministro comenzó a las 5:30 a.m. y fue atribuida inicialmente a una falla en un cable subterráneo, aunque la causa exacta aún está bajo investigación.
Luma Energy, la empresa encargada de la transmisión y distribución eléctrica en la isla, indicó que la restauración completa del servicio podría tomar entre 24 y 48 horas. La situación, que ha sido calificada como un “evento importante” por Josué Colón, director de la Autoridad de Energía Eléctrica de Puerto Rico (PREPA), generó gran frustración entre los residentes, muchos de los cuales dependen de generadores para mantener sus hogares y negocios en funcionamiento.
Impacto en la población y respuestas del gobierno
El apagón afectó a aproximadamente el 90% de los 1,47 millones de clientes de Puerto Rico, según Associated Press (AP). La falta de electricidad en un día tan significativo como el 31 de diciembre generó reacciones de descontento entre la población. Manuel, un residente de San Juan, expresó su frustración: “¡Tenía que ser el 31 de diciembre!”, mientras se encontraba fuera de una tienda de comestibles, lamentando la interrupción en su cumpleaños.
El gobernador de Puerto Rico, Pedro Pierluisi, aseguró estar en contacto con Luma Energy y Genera PR, la empresa encargada de la generación de energía, para exigir respuestas y soluciones. A través de su cuenta en X, Pierluisi informó que estaba presionando para que las unidades generadoras fuera del área afectada reinicien rápidamente y se mantenga informada a la población.
Propuestas de solución y críticas a Luma Energy
Mientras tanto, la gobernadora electa Jenniffer González Colón, quien asumirá el cargo el 2 de enero, ha propuesto la creación de un “zar de la energía” para revisar posibles incumplimientos contractuales por parte de Luma Energy y evaluar la posibilidad de buscar otro operador para el sistema eléctrico de la isla.
Este incidente pone de relieve la fragilidad de la infraestructura eléctrica de Puerto Rico, una de las más costosas y menos confiables de Estados Unidos. A pesar de los esfuerzos por modernizar el sistema tras el huracán María en 2017, las reparaciones permanentes solo han comenzado recientemente. La isla sigue dependiendo en gran medida de generadores proporcionados por la Agencia Federal para el Manejo de Emergencias (FEMA).
Protestas y consecuencias a largo plazo
El apagón del 31 de diciembre ha sido el más extenso desde el ocurrido en agosto debido a la tormenta tropical Ernesto, que dejó a más de 700,000 clientes sin electricidad. Las protestas contra Luma Energy y Genera PR han aumentado en los últimos meses, con llamados a revisar sus contratos y garantizar mejoras en el servicio.
Julio Romero, un repartidor de periódicos de 59 años, expresó su preocupación por el impacto en las celebraciones de Año Nuevo. “Si esto sigue hasta esta noche, que Dios nos ayude. Será un caos total”, declaró. Otros residentes, como Raúl Pacheco, de 63 años, planearon dormir en sus balcones para soportar la falta de aire acondicionado, según reportó AP.
Operación del Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín y retos estructurales
Aunque el Aeropuerto Internacional Luis Muñoz Marín continuó operando con generadores y los vuelos no se vieron afectados, la situación resalta la vulnerabilidad de la infraestructura crítica de Puerto Rico. Además, el colapso de la red eléctrica también complica los esfuerzos de reestructuración de la Autoridad de Energía Eléctrica, que enfrenta una deuda superior a los 9,000 millones de dólares, la mayor entre las agencias gubernamentales de la isla.
A pesar de los problemas, algunos residentes intentaron sobrellevar la situación con resignación. Enid Núñez, de 49 años, comentó que logró preparar su desayuno utilizando una pequeña estufa de gas. “Esto es parte de mi vida diaria”, afirmó.
