Redacción / GRUPO CANTÓN
EU.- De acuerdo con la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) de Estados Unidos ha pronosticado que la temporada de huracanes en el Atlántico de este año será más activa de lo habitual.
Según el informe de la agencia gubernamental, se espera la formación de hasta 13 huracanes, de los cuales hasta 7 podrían ser huracanes mayores, es decir, con vientos extremadamente fuertes y potencialmente devastadores.
El período de actividad, que abarca desde el 1 de junio hasta el 30 de noviembre, se verá impulsado por dos factores principales: el fenómeno climático conocido como La Niña y unas temperaturas oceánicas más cálidas de lo normal. La combinación de estos elementos crea condiciones favorables para el desarrollo de tormentas tropicales e incrementa la probabilidad de que estas se conviertan en huracanes.
En total, según la NOAA, podría haber entre 17 y 25 tormentas con nombre propio (las que desarrollan vientos de más de 63 km/h). De ellas, entre ocho y 13 podrían convertirse en huracanes (trombas de más de 119 km/h), y entre cuatro y siete de estos de categoría 3 o aún superior (a partir de los 178 km/h).
El fenómeno meteorológico de La Niña se está gestando en el océano Pacífico pero tiene consecuencias para todo el planeta. Su opuesto, El Niño, estuvo presente el año pasado y tendió a moderar la actividad de los huracanes en el Atlántico Norte.
La temporada de huracanes en el Atlántico se extiende desde principios de junio hasta finales de noviembre. Estos fenómenos pueden ser devastadores tanto materialmente como en términos de peligros para las personas, particularmente en los estados del sur de Estados Unidos.
En 2022, el huracán Ian devastó el estado de Florida (sureste), causó decenas de víctimas y dejó más de 100.000 millones de dólares en daños.
En general, debido al calentamiento global, los huracanes se están volviendo más potentes, avivados por superficies oceánicas afectadas por mayores temperaturas, según muchos científicos.