REDACCIÓN / GRUPO CANTÓN
CIUDAD DE MÉXICO.- La Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) ha alertado sobre los riesgos para la salud que implica el uso de envases de yogurt y crema para almacenar alimentos, una práctica común, especialmente en las festividades de fin de año. Según la Profeco, este tipo de recipientes contiene Bisfenol A (BPA), una sustancia química utilizada como endurecedor del plástico que podría aumentar el riesgo de cáncer.
Esta advertencia no es nueva, pues la Profeco lleva al menos cuatro años informando sobre los peligros de esta práctica, no obstante, ha cobrado relevancia nuevamente con el aumento de esta práctica en las fiestas de fin de año. En la edición de septiembre de 2020 de la Revista del Consumidor, se explicó que el Bisfenol A es un componente potencialmente peligroso que puede filtrarse en los alimentos al reutilizar estos envases, particularmente cuando se almacenan alimentos calientes o grasos. De hecho, el uso de BPA en plásticos fue parcialmente prohibido en Estados Unidos debido a sus posibles efectos nocivos sobre la salud.
Además del riesgo de contaminación por BPA, los envases de yogurt y crema presentan otros inconvenientes, como la posibilidad de que se rompan o agrieten con el uso, lo que podría permitir el crecimiento de bacterias. La Profeco también señala que el contacto con alimentos grasos puede dificultar la eliminación de microorganismos, aumentando el riesgo de contaminación cruzada, es decir, la transferencia de bacterias, virus y parásitos entre los alimentos almacenados y el envase.
Por estos motivos, la Profeco recomienda desechar los envases de yogurt y crema una vez consumido su contenido. Si se desea reutilizar un recipiente, se sugiere solo para almacenar objetos no alimenticios. Los recipientes más seguros para almacenar alimentos son aquellos fabricados con materiales como poliestireno o polietileno tereftalato, que no presentan los mismos riesgos para la salud.
En resumen, la Profeco reitera la importancia de evitar la reutilización de envases plásticos no destinados para el almacenamiento de alimentos, especialmente en estas fechas de celebraciones y recalentados, para proteger la salud de los consumidores.