Redacción / GRUPO CANTÓN
ESPAÑA.- El renovado estadio Santiago Bernabéu, a pesar de las vallas de obra que aún lo rodean, se vistió de gala este miércoles para su debut como templo de grandes citas musicales, acogió a 65,000 personas (y se espera la misma cifra este jueves), que corearon las canciones de Taylor Swift.
A pesar de la fugacidad de la industria musical actual, al menos en mayo de 2024, la estadounidense se ha consolidado como una de las pocas artistas de la generación millennial capaz de generar el fervor mastodóntico de las viejas leyendas. Entre los asistentes, se encontraban rostros famosos como Aitana, Blake Lively y Ryan Reynolds.
El ambiente de fiesta y ocasión única se respiraba en los alrededores del estadio desde mucho antes del inicio del concierto, con numerosos extranjeros y seguidoras pertrechadas a 34 grados de temperatura, vestidas con lentejuelas y toda la iconografía de la artista, incluso con camisetas del equipo de rugby de Travis Kelce, su actual pareja.
Con accesos rápidos y eficientes, el Bernabéu lucía casi lleno durante la actuación de los teloneros, los estadounidenses Paramore, que no se presentaban en Madrid desde 2011, el mismo año de la hasta ahora única actuación de Swift en el país, que en aquel entonces atrajo a solo 4,000 personas.
A pesar de los precios elevados, con tickets VIP que llegaron a cerca de 600 euros y sin opciones de reventa disponibles, más de 65,000 almas disfrutaron de un espectáculo de más de tres horas, con 45 canciones y tantos cambios de vestuario como etapas discográficas ha recorrido la protagonista desde su segundo álbum, ‘Fearless’ (2008).
Como es habitual desde que esta gira comenzara en EE.UU. hace más de un año, el exhaustivo repaso a su obra no comenzó con ese álbum ganador del Grammy, uno de los cuatro que tiene en esta categoría, sino con ‘Lover’ (2019), uno de los más joviales y queridos de su carrera.
“¡Encantada de conoceros!”, dijo en español al plantarse sobre el escenario ante un público cuya entrega reconoció de inmediato. “¡Vaya manera de cantar y bailar, qué buena forma de empezar!”, exclamó tras el enérgico inicio con ‘Miss Americana’ y ‘Cruel Summer’.
Igualmente colosal fue el despliegue de producción, con una enorme pantalla que cubría una grada entera, la pasarela hasta el fondo de la pista, el podio ondulante, sus seis músicos y cuatro coristas, la quincena de bailarines, las pulseras de LED y las múltiples trampillas por las que Swift aparecía y desaparecía.
La acústica del Bernabéu respondió satisfactoriamente, aunque no así el termostato, con un calor casi tan intenso a las 10 de la noche como a las 5 de la tarde.
Ella, por su parte, no dejó de asombrarse por la fidelidad con la que el público coreaba las letras y por la capacidad del estadio del Real Madrid, “que no se acaba nunca”. Prometió que no volverán a pasar 13 años hasta su próxima visita.
Una a una, fue recorriendo todas sus etapas y canciones, desde la seminal ‘You Belong With Me’, pasando por ‘We Are Never Ever Getting Back Together’, de su explosión pop con ‘Red’ (2012), hasta la poderosa ‘… Ready for it?’ del oscuro ‘Reputation’ (2017).
Segura sobre el escenario, Swift se mostró como una perfecta jefa de pista, sólida en el canto, versátil en el cambio de registro musical, bromista (“¿Tenéis 10 minutos?”, dijo antes de su larga versión de ‘All Too Well’) y con constantes guiños a sus seguidores, como cuando se acercó para regalarle su bombín a una joven fan.
El público se sumergió en hora y media de espectáculo sin despeinarse, listo para la segunda parte con el calmado ‘Folklore’, el álbum que abrazó hasta el mundo “indie”, con una cabaña en mitad del escenario y cálidas recreaciones de ‘Betty’ o ‘Champagne Problems’, esta última con ella sola al piano, el recinto inundado de tonos champán y un enorme aplauso final.
Para quienes ese extenso segmento folk fue algo soporífero, la sacudida de ‘1989’ (2014), su álbum más exitoso, llegó como una inyección de energía con ‘Style’, ‘Blank Space’ y, sobre todo, ‘Shake it Off’ y ‘Bad Blood’, que hicieron bailar a todos.
¿Aunque lleva solo un mes en el mercado, ‘The Tortured Poets Department’ (2024) se presentó con impresionantes puestas en escena, destacando ‘Who’s Afraid of Little Old Me?’ o ‘Fortnight’, siendo ‘I Can Do It With A Broken Heart’ la más coreada antes de entonar por sorpresa ‘Sparks Fly’, ‘I Can Fix Him (No Really I Can)’, ‘I Look In People’s Window’ y ‘Snow On The Beach’.
Entre clásicos recientes como ‘Lavender Haze’, ‘Antihero’ o ‘Karma’, Swift cerró su larga ópera pop cerca de la medianoche con el álbum ‘Midnights’ y un agradecimiento al público español: “Gracias por ser así, habéis hecho que este concierto pareciera que duró solo 10 minutos”.