Redacción / Grupo Cantón
Ciudad de México.-La actriz uruguayo-mexicana Bárbara Mori se sumergió en un intenso retiro de 12 días en Iquitos, donde a través de varias ceremonias, confrontó sus creencias más limitantes y vivió una poderosa sensación de renacimiento con ayuda de la Ayahuasca.
El mundo de la espiritualidad y las medicinas ancestrales sigue captando la atención de figuras públicas que buscan respuestas más allá de lo convencional. Esta vez, fue la actriz Bárbara Mori quien, con una vulnerabilidad conmovedora, compartió los pormenores de su encuentro con la ayahuasca, una bebida psicoactiva utilizada por siglos en rituales de sanación amazónicos.
Durante su participación en el podcast “Sensibles y chingonxs”, Mori no solo describió la experiencia como “muy hermosa”, sino que detalló un proceso catártico que dividió su vida en un antes y un después, culminando en una vívida sensación de haber sido “reseteada” por la tierra misma.
El relato de Mori traslada al oyente directamente a la densa selva de Iquitos, en Perú. Allí, la actriz se desconectó por completo durante 12 días, un período de inmersión total en la naturaleza que incluía ceremonias nocturnas con la sagrada planta.
Contrario a la idea de un viaje placentero desde el inicio, Mori fue honesta al revelar que sus primeras cinco ceremonias fueron extremadamente desafiantes. “Estuve en el infierno”, confesó, describiendo un período de intensa purga emocional y confrontación con sus sombras.
Barbara Mori y la Ayahuasca: La conexión con la Tierra
El punto de quiebre en su experiencia llegó con una poderosa visión simbólica que marcó su transformación.
“Sentí que tenía una manguera conectada al ombligo, conectada a la Tierra”, narró Mori.
En su viaje, esta manguera transparente comenzó a succionar toda la información y los patrones negativos que había acumulado desde su nacimiento.
“Yo veía cómo la tierra me succionaba todo lo negativo que había recibido hasta ese momento”, explicó.
A través de esta conexión umbilical con el planeta, pudo ver físicamente las palabras y creencias que la limitaban – “no vales nada”, “ser bella tu valor se va a ir” – siendo extraídas de su ser.
EL GRAN ‘RESET’
El clímax de esta purga fue un momento de quietud absoluta y renacimiento.
“De pronto, todo paró y en ese instante sentí que volví a nacer. La tierra me había limpiado, y la medicina me había reseteado”, relató la actriz.
Este “reset” espiritual la llevó a una nueva dimensión de la experiencia, donde se sintió flotando en el universo, liberada del peso de sus cargas emocionales. Fue en ese estado de gracia donde comprendió, según sus palabras, que “no existe la muerte, no existe el mal ni el bien… todo es parte de tu proyección para que tú aprendas, para que evoluciones”.
Al reflexionar sobre la totalidad de su vivencia, Bárbara Mori enfatizó que, a pesar del infierno inicial, el resultado final fue de una belleza incomparable. Su testimonio no glorifica la ayahuasca como una solución mágica, sino que la presenta como un poderoso catalizador para el autoconocimiento y la liberación de creencias limitantes profundamente arraigadas.