Alfredo Rodríguez / GRUPO CANTÓN
CANCÚN.- El proyecto Península, que pretendía edificar 1 mil 400 viviendas en lo que fue el campo de golf de Pok-Ta-Pok, quedó definitivamente cancelado, luego de que la empresa Hazama Corporation se desistiera del mismo.
La Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), a través de la Dirección General de Impacto y Riesgos Ambientales (DGIRA), confirmó que el proyecto ya no se realizará, por lo que todos los trámites realizados por la empresa y el expediente en su totalidad quedó archivado, de acuerdo con el oficio SRA/DGIRA/DG-01667-24.
“(Se acuerda) Finalizar el Procedimiento de Impacto Ambiental instado para el proyecto ‘Península Cancún’, registrado con la clave 23QR2024U0008, promovido por la Sociedad Hazama Corporation Desarrollo de Turismo S.A. de C.V., en visitad de que se actualizó la figura de desistimiento del proceso administrativo”, confirmó la Semarnat.
El proyecto Península había sido severamente cuestionado por la saturación que, a decir de los hoteleros de Cancún, existe ya en la zona hotelera, lo que complicaría aún más la dotación de servicios de agua y drenaje, entre otros, por la ocupación de 119,7 hectáreas.
Al respecto, Jesús Almaguer, presidente de la Asociación de hoteles de Cancún, Puerto Morelos e Isla Mujeres, señaló que este desistimiento podría permitir el resurgimiento del campo sin generar un impacto urbano en la región.
“Yo creo que el campo tiene la oportunidad de resurgir y hay inversionistas interesados en eso, el campo está en una ubicación inmejorable, es un campo con paisajes impresionantes y súper atractivos y pues sería cuestión de ser creativo en eso”, precisó Almaguer en entrevista con algunos medios de comunicación.
Cabe destacar que el proyecto península ocuparía 28 lotes en 8 polígonos, incluido el campo de golf, para construir 1 mil 378 viviendas y 850 cuartos de hotel, y se tenía prevista una inversión de 16 mil 422 millones de pesos.
El desistimiento de la empresa que desarrollaría Península, surgió luego de la oposición de los empresarios de la región, que veían el proyecto como una amenaza, ya que consideraban que atentaba contra la sostenibilidad de Cancún y agravando aún más el abasto de energía eléctrica en la zona hotelera.
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