Espectáculos.- La muerte de Paquita la del Barrio, un pilar del género regional mexicano, ha dejado una huella imborrable en la música. Sin embargo, detrás de su exitosa carrera, también se encuentra una historia marcada por conflictos familiares y la búsqueda de la paz interior.
Paquita, cuyo verdadero nombre era Francisca Viveros Barradas, falleció a los 77 años el 17 de febrero de 2025, tras enfrentar diversas complicaciones de salud, entre ellas problemas pulmonares y afecciones en su nervio ciático. Su deceso, confirmado a través de sus redes sociales, sorprendió a sus seguidores y al mundo del espectáculo, pero también se destacó el proceso de reconciliación que vivió en sus últimos años con su hermana Viola Viveros.
El distanciamiento con su hermana Viola
Aunque Paquita y Viola compartieron una exitosa etapa juntas en su juventud como el dúo musical Las Golondrinas, la relación entre ellas se fue deteriorando con el tiempo. Uno de los factores que contribuyó a este distanciamiento fue un conflicto relacionado con la muerte de su madre, que Paquita habría interpretado como responsabilidad de Viola.
A pesar de los malentendidos, Paquita aseguró en diversas entrevistas que nunca había tenido problemas personales graves con su hermana. La cantante también reconoció que Viola no estaba acostumbrada a la exposición mediática, lo que llevó a comentarios que afectaron su relación. Con el paso de los años, y tras muchas tensiones, Paquita y Viola lograron superar sus diferencias y reconstruir su vínculo, un acto que significó un cierre emocional para ambas antes de la partida de Paquita.
La salud de Paquita y su partida
Paquita la del Barrio fue hospitalizada en varias ocasiones durante los últimos años de su vida, debido a problemas de salud relacionados con su nervio ciático y complicaciones pulmonares. A pesar de que se sometió a una cirugía ocular y recibió tratamiento médico, su estado de salud empeoró en los últimos meses. Sin embargo, en sus últimos días, logró pasar tiempo con su familia, reconociendo los lazos que había sanado.
Su fallecimiento en Veracruz marcó el cierre de una era en la música mexicana, dejando un legado de lucha y empoderamiento para las mujeres a través de sus poderosas canciones como “Rata de dos patas” y “Tres veces te engañé”.