A casi un año de su fallecimiento, el sepulcro de la legendaria actriz luce sin flores ni mantenimiento, mientras su familia sigue envuelta en disputas legales.
Ciudad de México.- Lo que debía ser un homenaje lleno de flores, recuerdos y respeto por el Día de Muertos se convirtió en motivo de indignación y tristeza. A casi un año del fallecimiento de Silvia Pinal, ícono indiscutible de la Época de Oro del cine mexicano, su tumba fue exhibida en estado de abandono, según reveló el periodista Emilio Morales en el programa Saga Light.
Las imágenes mostradas por Morales dejan ver un panorama desolador: tierra seca, maleza y ni una sola flor natural sobre la lápida donde descansan los restos de la diva, fallecida el 28 de noviembre de 2024 a los 93 años. “Es lamentable que, después de haber dejado una fortuna millonaria, su tumba luzca así. No hay señales de visita ni de homenaje alguno”, lamentó el comunicador.
La denuncia provocó una ola de reacciones en redes sociales, donde seguidores de la actriz expresaron su decepción. “Silvia Pinal dio tanto al espectáculo mexicano, es triste verla olvidada así”, escribió un usuario en X (antes Twitter), reflejando el sentimiento generalizado entre los admiradores.
El reportaje también reavivó los rumores de conflictos familiares y disputas por la herencia. Morales aseguró que los hijos de la actriz continúan enfrentados por la división del patrimonio, valuado en alrededor de 900 millones de pesos, sin contar propiedades y estacionamientos. “En los juzgados siguen peleando por el dinero, pero ninguno fue capaz de poner una flor en su tumba”, señaló el periodista.
Hasta el momento, ningún integrante del clan Pinal ha emitido una postura pública, lo que ha alimentado aún más la polémica.
Durante más de siete décadas de carrera, Silvia Pinal construyó una trayectoria excepcional en el cine, el teatro y la televisión, trabajando con figuras como Luis Buñuel y dejando una huella indeleble en la cultura mexicana. Sin embargo, su descanso final contrasta con la grandeza de su legado: un silencio de mármol y polvo donde antes hubo aplausos, luces y reconocimiento.