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29 marzo, 2024

Especial

Perdio a su hijo el ‘Día de las Madres’ por el Coronavirus

JUAN MACHUCA
GRUPO CANTÓN

CDMX.– Marisol Guzmán Olvera tienen 72 años y con esa avanzada edad logró vencer al mortal Covid-19. Asegura que le tocó vivir una historia de auténtico terror, pues desafortunadamente toda su familia se contagió.

Su hijo Gabriel no logró superar la enfermedad, mientras su otra hija, Rebeca, también se contagió, al igual que sus nietos Raúl y Marisol.

Su bisnieta Rebeca de apenas cuatro años logró salir adelante milagrosamente.

Los que superaron las enfermedad extreman las medidas para no volver a contagiarse.

“Fue un milagro de Dios que nos salváramos la mayoría, cinco de seis miembros de la familia”

Con el dolor a flor de piel, doña Marisol, pensionada del Gobierno de la Ciudad de México, cuenta a Grupo Cantón su experiencia con esta mortal enfermedad:

—¿Como logró sobrevivir a la tragedia?
Fue un milagro de Dios que nos salváramos la mayoría, cinco de seis miembros de la familia que nos contagiamos de Covid-19.

Tengo 72 años y todos sabemos que a esta edad es difícil salvarse, pero yo lo logré gracias a Dios y que siempre he sido sana.

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—¿Sabe usted cómo llegó la enfermedad a su hogar?
No. La verdad hay varias hipótesis, pero sólo Dios sabe lo que sucedió.
A todos nos sorprendió que nos hayamos contagiado, porque a veces hay familias donde sólo uno o dos miembros contraen el virus, pero aquí fuimos todos.

—Perdió usted un hijo y se salvaron 5 , incluida usted…
Sí, no logro reponerme del dolor de la partida de mi hijo Juan Gabriel.
Apenas ahora me vengo a enterar que murió precisamente el Día de las Madres. (Doña Marisol llora cada vez que menciona a su hijo de 45 años).

—¿Cómo empezó la pesadilla?
Creo que fue con una simple gripe, que no pensamos pasara a más.
Primero fue él y luego yo y siguieron los demás con temperatura y dolor de cuerpo.

Fue algo terrible loque vivimos en poco tiempo.

Estuvimos siempre cuidándonos, pero de un día para otro llegó la enfermedad.

—¿Cómo fue que su hijo agravó?
Un día llegó de trabajar, pues él manejaba un taxi, y se sintió con fuerte dolor de cuerpo.

Se veía muy mal.

Además presentaba 40 grados de temperatura, situación que nos alarmó, porque una calentura así no es común, sobre todo en él que siempre se veía muy fuerte y nunca se enfermaba.

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—¿Y luego qué pasó?
Pues en poco menos de una semana todos estábamos con calentura y mucha tos.

Como le digo, todo fue horrible, temíamos lo peor, pero teníamos confianza de que todos nos salvaríamos, pero desafortunadamente mi hijo no logró superar esta terrible enfermedad.

—¿Su hijo Gabriel cómo fue que se agravó?
Ahora sé que no podía respirar y mi sobrina Hortencia del Pilar llamó al 911 y enviaron una ambulancia del ISSSTE.

En el traslado al hospital tuvo dos paros respiratorios.

No recuerdo nada.

Mejor dicho no supe nada de la situación, de la salud de mi hijo, porque teníamos que estar aislados.

Apenas me acabo de enterar que él ya está con Dios y que fue incinerado.

Me dicen que estuvo intubado tres días, totalmente inconsciente, pues el virus le causó graves daños en poco tiempo.

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“Les recuerdo que la pandemia es de verdad y que le pega a ricos y a pobres”.

—¿Usted y el resto de su familia ya están recuperados en su salud?
Sí, estamos mejor, gracias a Dios, pero la partida de mi hijo es un dolor que llevo en el alma.

Estamos superando la enfermedad poquito a poquito.

Todos nos cuidamos con las medidas sanitarias, usamos cubrebocas, nos lavamos las manos a cada rato; llevamos la sana distancia y sanitizamos toda la casa y todos los productos que compramos para alimentarnos.

—¿Qué le puede decir a la gente que vive donde aún persiste un alto nivel de contagio?
Que la pandemia es de verdad y que les pega a ricos y a pobres.

Hay que hacer un gran esfuerzo por cuidarse.

No salir a la calle, sobre todo si eres adulto mayor, diabético o hipertenso.
Hay que cuidarse mucho; la gente a veces no entiende y eso es lo que está causando que los contagios no se terminen.

—¿Qué mensaje le envía a la gente?
Que doy gracias a Dios y a toda la gente que ha estado orando por nosotros.
Mi amor y mi agradecimiento a mi hermana Hortencia y a su familia. ¡Cuídense por favor!

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