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24 abril, 2024

Astillero

El Estadio Azteca como signo

El impresionante avance de Andrés Manuel López Obrador (AMLO) en la carrera presidencial (que aún no termina), ha tenido como factores determinantes el buen manejo de las imágenes y el sostenido rechazo de lo sistémico.

Las plazas públicas desbordadas de seguidores, los viajes aéreos en tarifa comercial y casi en solitario, así como la protección de la cartera propia ante el acoso de su adversario panista, son algunas de las estampas que han ido construyendo la imagen de un político diferente, confiable para soportar las embestidas y las tentaciones de los grupos de poder que se podrían sentir afectados por las propuestas o declaraciones (siempre zigzagueantes, ajustables) del tabasqueño que parece encaminado a llegar en diciembre próximo a Palacio Nacional.

El trote con aire triunfal del político tabasqueño se ha visto entrampado desde que Carlos Slim, el hombre más rico de México y uno de los mayores del mundo, apareció en escena para confrontar la postura de AMLO, entonces cerradamente contraria a la construcción del nuevo aeropuerto internacional, en el lago de Texcoco.

En ese contexto, luego de una reunión clave de las cuatro decenas de hombres más ricos de México con López Obrador este martes recién pasado, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial aseguró que el candidato puntero en las encuestas dijo encontrar “viable y conveniente” la construcción del aeropuerto antes tan impugnado, insistiendo en la propuesta de que con capital privado se pueda continuar con esos trabajos. De ser cierto lo que ha dicho Castañón, ahora para AMLO es “viable” lo que antes le parecía inviable y condenable; “conveniente” lo que antes le parecía una aberración y un negocio corrupto.

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