Manuel Chan Uicab.-
Estudiantes de Denver, Colorado, Estados Unidos, participaron en el conversatorio titulado, revitalización lingüística a través de la música, brindado por jóvenes mayas de Tihosuco, coordinado con el Centro Estatal de Capacitación, Investigación y Difusión Humanística de Yucatán (CECIDHY).
“Fue un espacio en el que pudimos interactuar y compartir la problemática de las lenguas desplazadas por lenguas hegemónicas, los objetivos que tenemos a través de la música, las actividades que hemos realizado y las que realizaremos, además de las opiniones de los visitantes”, mencionó Hugo Ballado Poot integrante del movimiento etnomusical.
En el contexto del Conversatorio “Revitalización Lingüística a través de la Música”, el estudiante en gastronomía Alonso Ake ofreció una muestra y degustación gastronómica a los visitantes y platicó sobre los ingredientes, modo de preparación y la tradición gastronómica detrás de cada platillo degustado.
Por último, se realizaron breves presentaciones musicales de algunos proyectos como Capi S.M, Jupi DC, Cristian Augusto, Diego Cahun y Juumil Wayak’, que son, a la vez, parte de los miembros fundadores de este proyecto que ha recorrido 13 comunidades diferentes de Quintana Roo y próximamente tendrán participaciones musicales en al menos cinco espacios diferentes de los estados de Quintana Roo y Yucatán.
“Tuve la inmensa oportunidad de presentar la esencia de la gastronomía maya a un grupo de estudiantes de Denver, Colorado. Esta experiencia fue mucho más que mostrar recetas; fue un puente entre culturas, una forma de abrirles las puertas a nuestra historia, nuestras tradiciones y el profundo significado espiritual que nuestros ingredientes sagrados tienen para el pueblo maya”, indicó Alonso Ake.
Mencionó que como miembro del Movimiento Etnomusical y Autónomo U Múuk’il Kaaj de Tihosuco y estudiante de gastronomía, es un orgullo compartir los sabores de nuestra tierra: el X-Ma Ak’ulan Waaj, el Sikilbil P’aak y los tamales de chaya. Cada uno de estos platillos cuenta una historia que va más allá de lo culinario; es la conexión con nuestras raíces, la tierra y los ciclos naturales que nos guían. Ver la curiosidad y el respeto en los ojos de los estudiantes al aprender sobre nuestras costumbres fue, sin duda, uno de los momentos más significativos de mi vida.
Este intercambio no solo nos permitió presentar nuestra gastronomía, sino también transmitir el respeto y el amor que sentimos por nuestros ancestros y por los dones que la naturaleza nos ofrece. Los estudiantes se llevaron no solo un nuevo entendimiento de la cocina, sino una visión más profunda de cómo la cultura maya honra su historia a través de sus alimentos, explicó.