Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Con la energía creativa que lo caracteriza y un humor teatral que desafía lo establecido, Oscar López se encuentra dando los últimos trazos a lo que promete ser una pastorela completamente inesperada para el público cancunense. El director, conocido por transformar lo tradicional en una tremenda fiesta escénica, compartió detalles del proceso que lo ha acompañado en esta nueva edición.
“La pastorela la escribí durante la Muestra Nacional de Teatro, comenzamos a ensayar hace dos semanas, estamos trabajando rapidísimo para poder estrenar el 18 de diciembre y si gusta, extender la temporada hasta enero o febrero como pasó el año pasado”, expresó López.
Quien desde hace varias temporadas ha logrado convertir este montaje en una cita imperdible para la comunidad teatral y las familias que esperan cada cierre de año con expectativas renovadas. Con él, las fórmulas nunca se repiten.
Sobre el texto, el director adelantó que esta vez la obra llega con una solidez distinta: “En esta ocasión, afortunadamente, este texto se va a mantener vigente sin estar haciendo tantos cambios como el año pasado, pensando un poco en que nos vamos extendiendo la fui escribiendo más o menos así. Todo el mundo espera ver una pastorela parecida al año pasado y una de mis misiones es hacerla completamente diferente, ni saben lo que le espera”.
La producción reunirá a más de 60 artistas en escena, integrando el talento de las tres compañías municipales, coro, ballet folclórico y teatro, además de nuevos rostros de la actuación provenientes de los semilleros, intérpretes que continúan fortaleciendo la escena cultural local. El diseño de espacio e iluminación estará a cargo del maestro Ángel Ancona, mientras que la producción corre por cuenta de Cecilia Zolev, con Mireille Anaya como asistente de dirección.
Para López, este proyecto no solo implica levantar una puesta en escena: representa una auténtica celebración compartida con el elenco y el público. “Para mí la pastorela es obligatoriamente una fiesta, una fiesta con actores, pasarla bien, divertirnos y eso pasa con el público que se divierte con nosotros, es nuestra fiesta de fin de año”, afirma. Y aunque la alegría impregna cada parte del proceso, el director reconoce que el reto es constante, pues incluso los montajes más pequeños exigen entrega total. “Cualquier montaje por pequeño que sea, siempre es un reto, hay obras espectaculares como la pastorela, con muchos actores y demás, estrenar siempre es un logro para la comunidad, para el arte”, reflexiona.
Ese entusiasmo por crear y celebrar se refleja también en su particular método de escritura, donde la improvisación y el juego marcan el rumbo. “La técnica que uso yo para escribir la pastorela es técnica de Impro, mente en blanco y propuesta, yo mismo propongo y aprueba y sobre eso, voy con otra y no tengo límites, no tiene un sentido lógico, enredo todo y luego lo desenredo”.
“El texto ya está escrito, de pronto aparece un chiste nuevo, cosas nuevas aparecen en trazo y bueno, ya voy armando el espectáculo que verán en una hora y media”, explica, dejando claro que la sorpresa es parte esencial de su sello escénico.
Así, entre humor, irreverencia, talento coral y el sello inconfundible de su director, esta nueva pastorela se perfila para sorprender nuevamente a Cancún, celebrando el cierre del año con arte, comunidad y la frescura de un espectáculo creado para disfrutarse como una verdadera fiesta.