Cultura

Memorias del corazón conmovió al público al ritmo del flamenco

Jocelyn Díaz / Grupo Cantón 

Entre luces cálidas y el compás del cajón, la primera secuencia, “Mi fuerza (Jaleos)”, marcó el pulso de una noche

Cancún.- Como tejiendo un mantón de manila, así fue como Mara Miramontes hilvanó cada detalle de su espectáculo “Memorias del corazón”, una propuesta escénica que conquistó al público del Teatro de la Ciudad este fin de semana.

Con el recinto lleno y un público expectante, la bailaora desplegó su arte con una intensidad que fue del alma al tacón, del gesto al silencio, en una velada que resultó profundamente emotiva.

Desde el inicio, la atmósfera se impregnó de un aire andaluz y una sensibilidad poética.

Entre luces cálidas y el compás del cajón, la primera secuencia, “Mi fuerza (Jaleos)”, marcó el pulso de una noche en la que el flamenco se convirtió en un lenguaje universal.

Cada pieza fue un viaje a través de las emociones, desde la ternura de “Infancia de Flores (Alegrías niñas)”, pasando por la introspección de “En lo profundo (Tientos)”, hasta el fuego de “Las Alegrías de mi madre”, cierre que desbordó pasión y gratitud.

El talento sobre el escenario fue tan vasto como preciso: José Bramasco al cante, Fernando Martínez y Alberto Yagalee en las guitarras, Zary Piña al violín y Aleks Chapa en la percusión, quienes acompañaron con virtuosismo cada movimiento de Mara, dialogando con ella en un intercambio constante de emoción y técnica.

“Muy bonito, es un espectáculo muy de España, pero poco visto en Cancún; me pareció de lo mejor”, expresó una espectadora al salir, aún conmovida. Otro asistente comentó: “Lleno de cultura, emoción y alegría por parte de Mara”.

Y no faltaron quienes resumieron la experiencia con palabras sencillas pero sinceras:

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“Maravilloso, me fui con un gran sabor de boca; tenía mucho que no veía un espectáculo nuevo de flamenco en Cancún”.

“Memorias del corazón” fue más que una función: fue un encuentro con la raíz del sentimiento, una celebración del arte que no necesita traducción. Mara Miramontes y su compañía demostraron que el flamenco, cuando nace del alma, puede conmover a cualquier corazón, sin importar la distancia del duende que lo inspire.

Publicado por
Javier
Etiquetas: cancúnQuintana Roo