Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Cancún.- La tarde de ayer marcó uno de los momentos más esperados por el público y la comunidad teatral. Con localidades agotadas y un ambiente de entusiasmo colectivo, más de 650 asistentes se dieron cita para presenciar el estreno de ‘El Portal de Belén’, la Pastorela Interdimensional del director y dramaturgo Óscar López, una puesta en escena que, sin ser completamente tradicional, se ha convertido ya en una tradición imprescindible.
Este montaje es, para muchos, la verdadera fiesta del año. A través del arte escénico y un texto agudo cargado de humor, la obra logra una fusión poco común de talentos: actuación, iluminación, danza y canto dialogan en un mismo escenario.
Las tres compañías municipales conviven en un ejercicio de intercambio artístico singular: el coro municipal actúa, el ballet folclórico canta y la compañía de teatro baila, canta y se divierte. Una dinámica que sólo es posible en las pastorelas de Óscar López.
La historia se sitúa en un Cancún del año 2058, casi perdido entre el sargazo, donde la Inteligencia Artificial intenta dominar el mundo. El punto de partida es tan provocador como cómico: en la pastorela anterior triunfó el mal y, como consecuencia, este año no habría pastorela.
Un escenario impensable: un 2025 sin pastorela. Es entonces cuando los ángeles intervienen para salvar no sólo la historia, sino también la celebración misma.
Con referencias a lo vivido a lo largo del año por cada una de las compañías, personajes de otras dimensiones y el sello inconfundible del director, ‘El Portal de Belén’ se estrenó en el Teatro de la Ciudad y continuará ofreciendo funciones todos los jueves a las 20:00 horas. La entrada es gratuita y los boletos se recogen el mismo día en la taquilla, que abre a partir de las 18:00 horas.
La alta expectativa ha sido evidente desde su estreno: varias personas se quedaron sin acceso en la primera función, confirmando que el interés por descifrar por qué esta pastorela es interdimensional va en aumento.
Como cada año, el montaje se consolida como un respiro escénico para Cancún y una invitación abierta a reencontrarse con el teatro, el humor y la imaginación en vivo.