Jocelyn Díaz / Grupo Cantón
Cancún.- Con el mar caribe de fondo y una noche fresca, María Antonieta de las Nieves “La eterna Chilindrina”, fue homenajeada en Cancún por casi siete décadas de entregar su corazón al doblaje, la televisión, el cine y el teatro.
Un recorrido artístico que inició a los seis años y que hoy, a sus más de 69 de trayectoria, continúa inspirando a generaciones enteras dentro y fuera de México.
Figura imprescindible de la cultura popular latinoamericana, María Antonieta comenzó su carrera en cine y teatro infantil, participó en la primera telenovela producida en México y fue reconocida como Mejor Actriz Infantil.
Pronto destacaría también en el doblaje, prestando su voz a personajes que marcaron época, como Merlina Addams o la entrañable Vanellope en Ralph el Demoledor.
Pero su destino tomó un giro definitivo cuando a los 18 años conoció a Roberto Gómez Bolaños, “Chespirito”, encuentro que la llevaría a formar parte de la historia universal de la comedia televisiva.
Con emoción auténtica, la actriz compartió con este medio:
“Me siento muy afortunada y agradecida. Imagínate cuántos artistas hay en la ANDI y que me hayan elegido a mí me honra profundamente. Siempre he trabajado, siempre he amado lo que hago, y todos los homenajes en vida son bienvenidos. Ojalá haya María Antonieta para rato”.
La elección de esta homenajeada no fue casual. Cada palabra de quienes conforman Latin Artis, organismo que reúne a 15 países para defender y gestionar las regalías de intérpretes, reveló la dimensión de su legado.
Horacio Castelo, director de comunicación de la ANDI, subrayó que el reconocimiento recae en una figura que ha trascendido fronteras:
“Es una mujer que forma parte de la cultura latinoamericana. Nos llena de alegría que haya venido a recibir este homenaje. Es vida, energía, historia”.
Para el actor José Montini, la vigencia de la actriz es indiscutible:
“Desde que doblaba a Merlina sabíamos que tenía algo único. Cuando Chespirito vio su trabajo, se la llevó a sus programas… y desde ahí La Chilindrina es para siempre”.
Arlette Pacheco, parte del consejo internacional, destacó el alcance emocional de su carrera:
“Nos ha hecho felices en muchos países. Su risa, su ternura y su fuerza son inconfundibles”.
Y la admiración cruzó continentes:
Desde España, Abel Martín recordó cómo El Chavo del 8 marcó a América entera: “Su labor ha influido en la vida emocional de millones de personas”.
Desde Perú, Martín Abrisqueta celebró la universalidad de su figura: “Es una actriz tremenda, muy querida en toda Sudamérica”.
Desde Panamá, Ash Olivera evocó el cariño familiar hacia la actriz: “Encendíamos la televisión y ella era alegría pura”.
Desde Costa Rica, Alejandra Portillo compartió que para toda una generación fue “la embajadora luminosa de México”, capaz de convertir cada capítulo en un momento inolvidable.
Este homenaje formó parte del Encuentro Internacional Latin Artis, realizado este año en Cancún con la Asociación Nacional de Intérpretes (ANDI) como anfitriona.
Durante varios días, representantes de las sociedades de gestión de Italia, España, Portugal, Perú, Chile, Colombia, Costa Rica y otros países se reunieron en el Hotel Presidente Intercontinental para analizar avances en materia de derechos, regalías y protección del trabajo actoral.
Un congreso que reafirma la importancia de unificar esfuerzos y colocar al intérprete en el centro de las decisiones culturales.
Entre debates, acuerdos y mesas de trabajo, el momento más brillante del encuentro fue, sin duda, la presencia de María Antonieta de las Nieves, cuyo brillo, cercanía y fuerza artística recordaron por qué su figura permanece intacta en la memoria colectiva de nuestro continente.
Una celebración que honra no solo a una actriz, sino a una leyenda viva que nos enseñó que la risa también construye identidad.
Y que, sin duda, invita a seguir acercándonos a los espectáculos y encuentros culturales que mantienen vivo el pulso artístico de nuestra región.