Cultura

Cancún vivió una noche inolvidable de tango y nostalgia

Jocelyn Díaz / Grupo Cantón

Más de 500 personas disfrutaron de una velada en el Teatro de la Ciudad, donde la orquesta Buenos Aires Tango Bardo ofreció un concierto que combinó música, danza, historia y emotividad.

Cancún.- El Teatro de la Ciudad se transformó en un auténtico salón de baile de los años sesenta, una cápsula en el tiempo que transportó a más de 500 asistentes directo al corazón del Río de la Plata, gracias al magistral concierto de la orquesta de Buenos Aires Tango Bardo, evento organizado por Liz López y Alfonso Olimar, de Tango en Cancún.

Desde el primer acorde, la velada fue una fiesta para los sentidos. Piano, violín, contrabajo y bandoneón marcaron el pulso de la noche, mientras la potente y entrañable voz del Chino Laborde arrancaba suspiros y ovaciones. Con cada nota, el público fue testigo no solo de un espectáculo musical, sino de un homenaje vivo al contexto social y cultural que vio nacer el tango en los arrabales porteños.

La experiencia comenzó desde el vestíbulo, donde los asistentes desfilaron por una alfombra roja y disfrutaron de vino y empanadas argentinas, creando un ambiente íntimo y festivo que ya anunciaba lo especial de la noche. Una vez dentro, el teatro se convirtió en un escenario histórico: la época de oro del tango cobraba vida con elegancia y pasión.

Mientras la música y la danza envolvían el ambiente, en la pantalla se proyectaban frases icónicas de la época, que conectaban al público con el trasfondo social y político que forjó el alma del tango. “El tango es una manera de resistir bailando”, decía Horacio Ferrer, y poco después aparecía: “Nos quitaron la palabra, pero no pudieron quitar el compás”, evocando los años de represión en Argentina, cuando la música y el baile fueron refugio, protesta y esperanza.

Durante el espectáculo, bailarines profesionales de la comunidad Tango en Cancún, provenientes de Tulum, Playa del Carmen, Puerto Morelos y Mérida, dieron cátedra de técnica y sensibilidad, mientras que la Compañía Municipal de Teatro enriquecía la escena con una interpretación dramatizada que contextualizaba la época y el nacimiento del género, haciendo de la velada una experiencia completa.

Además, la Compañía Municipal de Ballet Folclórico sorprendió al público con un número de tango estilizado que unió tradición y vanguardia, y la talentosa Suri Deneb conmovió a los presentes con una delicada pieza de ballet que conectó con la esencia más del género.

El fin del concierto no terminó el evento, sino que marcó apenas el inicio de una verdadera milonga: entre tangos clásicos de Gardel, Jo Basile y Reynaldo Martín, los cuerpos se soltaron en la pista al ritmo de los vinilos seleccionados por el DJ Wawa Gabilondo Soler, quien supo mantener viva la energía hasta el último suspiro.

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La noche culminó con un animado after party en el restaurante Sabrozzi, donde artistas, organizadores y asistentes celebraron el éxito de una jornada que demostró que el tango vive, respira y se reinventa… incluso a orillas del Caribe.

Gracias al cuidado en cada detalle por parte de Liz López y Alfonso Olimar, Cancún vivió una auténtica fiesta tanguera que unió música, danza, historia y gastronomía, reviviendo el espíritu de una de las expresiones culturales más profundas de Sudamérica, donde el arte se convierte en memoria viva y el compás en una forma de resistir.

Publicado por
Daniela Balbuena