Síguenos

¿Qué estás buscando?

28 marzo, 2024

Cancún

Ecosur, vital para conservar el manatí

CHETUMAL, Q. Roo.- Con una memoria geográfica prodigiosa, un peso de hasta 500 kilogramos en su edad adulta, los manatíes son mamíferos acuáticos que pueden vivir hasta 60 años en vida libre y sus más de 35 millones de años de evolución se ven reflejados en su adaptación al ambiente acuático costero.

Benjamín Morales Vela, uno de los pioneros en el estudio de esta especie y líder del Proyecto Manatí de El Colegio de la Frontera Sur (Ecosur), Unidad Chetumal, opinó que se trata del herbívoro acuático más grande del mundo, cuya presencia enriquece el intercambio de nutrientes en ambientes costeros y lagunas, pero que en la actualidad enfrenta un riesgo muy importante para su conservación: la pérdida de su hábitat.

En México, los manatíes se localizan en los ríos, lagunas y costas de los estados de Veracruz, Tabasco, Chiapas, Campeche, Yucatán y Quintana Roo; pero solo en unas cuantas zonas son comunes.

De acuerdo con Morales Vela, en Quintana Roo se les encuentra a lo largo de su costa, pero habitan principalmente en las caletas y cenotes entre Playa del Carmen y Tulum; las bahías Ascensión y del Espíritu Santo, ubicadas en la Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, y en la bahía de Chetumal junto con el río Hondo, Laguna Guerrero y río Nuevo del lado de Belice.

“Tenemos un estimado porque es difícil un número exacto. En esta distribución, para Quintana Roo, con presencia de aguas transparentes, es relativamente más fácil observarlos y contarlos; utilizando la avioneta, haciendo censos aéreos, podemos tener un estimado de un población de 200 a 250 animales que viven a lo largo de la costa de Quintana Roo”, aseveró el especialista.

Históricamente los manatíes tuvieron un importante valor en la dieta de las comunidades ribereñas indígenas americanas. Se afirma que la tradición del consumo de su carne aún se mantiene en algunas regiones de su distribución mundial; en México, el manatí es cazado esporádicamente para el consumo local en algunas comunidades en Veracruz, Tabasco y Campeche.

“En el caso de Quintana Roo la gente está consciente. Cuando llegué en 1993, todavía se vendían como piezas de artesanía, se hacía uso del hueso del manatí, porque parece marfil. Eso le ponía mercado a una especie en peligro de extinción porque se vendía en ciudades como Yucatán, Cancún, Mérida y Playa del Carmen. Esto se dejó de hacer, así como la gente entró en conciencia de no usar el coral, tampoco habría que usar el hueso del manatí. El mercado se acabó”, explicó el investigador.

Y afirmó que en la actualidad en Quintana Roo, y en general en toda la península de Yucatán en donde hay presencia de manatíes, la gente está consciente de que es una especie que se debe conservar debido a que, con los años, empezaron a recibir información sobre su importancia.

Advertisement. Scroll to continue reading.
[adsforwp id="243463"]

WhatsApp Image 2016-11-18 at 2.07.32 PM

RIESGOS DE CONSERVACIÓN

Para Morales Vela, quien es doctor en ciencias por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), actualmente el riesgo más importante para esta especie es la pérdida y contaminación de su hábitat.

Si bien para cada región hay una variación de la problemática, han identificado que en las costas de Quintana Roo la mayor presión en la zona costera con presencia de manatíes es la actividad turística.
Y es que las caletas y cenotes con presencia de agua dulce son hábitats de importancia para los manatíes, y han sido utilizados por miles de años por esta especie. Sin embargo, en los últimos años se han convertido en un atractivo turístico enorme por la transparencia de sus aguas, por la mezcla de agua dulce y agua marina.

“El turismo está compitiendo con los manatíes por el uso de un hábitat específico como serían las caletas y los cenotes, que antes eran aguas muy tranquilas y que ahora reciben a miles de turistas al día. Estamos hablando de una pérdida de hábitat; está disponible el hábitat, pero no para los manatíes”.

En las costas de Yucatán, lo que sucede es una mayor presión pesquera. “Ahí tenemos una población muy reducida de manatíes, podría decir que son como animales moviéndose del Golfo al Caribe y nada más”.

En el caso del Golfo de México, dice el especialista, se presenta una situación diferente debido a que la presión está definida por la industria petrolera. Hay una importante presencia de movimiento, tanto en la costa como en los ríos principales, de embarcaciones e infraestructura muy grande. “Ahora, con las nuevas reformas energéticas, hay una fuerte presión de desarrollo en toda esa zona costera en la que necesitamos trabajar para evitar que los ríos continúen siendo represados”.

A su consideración, esos grandes proyectos de infraestructura deberían estar obligados —al estar en una fase de planeación— a incluir investigación profunda en cuanto a la biodiversidad que pueda estar sujeta a modificaciones, lo cual no se hace de forma satisfactoria. “Hacer estudios prospectivos de saber qué pasaría con las especies ante un evento de gran magnitud, como la construcción de una presa, de tal manera de no continuar llevando las especies a un estado de extinción”.

INVESTIGACIÓN EN TABASCO

En cuanto a investigación científica, Benjamín Morales Vela trabaja, en colaboración con la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT), para conocer más sobre los manatíes que viven en el Usumacinta, por lo que desde hace dos años empezaron a marcar animales en la zona.

“Estamos generando la primera información, no teníamos idea de cómo se movían los animales en el Usumacinta, ahora estamos marcándolos con radiotransmisor satelital, estamos viendo sus movimientos, qué áreas usan, cómo las usan, de dónde se desplazan, en dónde prefieren estar, qué tanto se mueven, y esto nos permite tener una idea de cómo apoyar las áreas naturales protegidas y de conservación en cuanto a su reglamentación, con un soporte técnico de investigación formal”.

Advertisement. Scroll to continue reading.
[adsforwp id="243463"]

Esta investigación les está permitiendo conocer cuáles son las áreas frecuentadas por los manatíes, qué zonas son visitadas por hembras con sus crías, conocer los ríos secundarios, arroyos y lagunas y su conectividad con el río principal, lo que es clave para la presencia del manatí en la cuenca hidrológica de los ríos Grijalva y Usumacinta.

Si bien el manatí es una especie catalogada en peligro de extinción que presenta poblaciones bajas, Morales Vela afirma que en este momento su situación es estable. “Seguimos viendo presencia de hembras con crías, sigue habiendo nacimientos año tras año, hay ambientes bastantes conservados. Sí hay riesgos porque no tenemos ni idea de lo que está pasando con aspectos de contaminación, pero en general la población de manatíes en México, si bien está catalogada en peligro de extinción, tenemos posibilidades de poderla mantener e incrementar, y seguir trabajando para conservarla y protegerla”.

Para el especialista, en el ámbito de la conservación se requiere no solo hacer investigación sino trabajar directamente con las comunidades, porque ellos son quienes hacen uso del recurso y pueden ayudar a conservar las especies que están en un estatus de peligro de extinción, en este caso, el manatí. (Con información de Susana Paz)

Te puede interesar

Advertisement