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29 marzo, 2024

Cancún

Altera la paz de los domingos

CANCÚN, QROO.- Los domingos, la playa del Parque Fundadores es la playa de los trabajadores de la construcción. Desde hace unos años la han hecho suya, su lugar especial para disfrutar del día de asueto.

Este domingo no sería la excepción, pero el sargazo no sólo ha ahuyentado a turistas, también a la clase trabajadora. El alga es un dolor de cabeza hasta para estos hombres que sólo buscan un momento para relajarse, tomarse una cervecita y convivir con sus compañeros. Ahora, sólo unos cuantos, muy pocos, se atrevían a entrar al agua.

El color y el olor provocados por las toneladas de sargazo ahuyentaron también a los cientos de personas que domingo a domingo hacían de esta playa pública una cantina a cielo abierto.

Pero claro, no podía faltar el que se quedó dormido sobre la arena, acompañado de su “six”, y que lleva a la policía turística a despertarlo para no tener que llevarlo a su “all inclusive” temporal.

Bajo el Portal Maya y en algunas de las jardineras de este parque Fundadores, se refugian otros, y se escuchan los cantos de alguno más que trae la fiesta desde el sábado.

Y en la playa, desde las primeras horas del día hay un nuevo ejército que desde hace poco más de una semana se ha dado a la estoica labor de retirar el sargazo.

Son los hombres de Ar.Co, la empresa contratada por el Gobierno de Quintana Roo, los hombres que tienen la difícil labor de devolverle a Playa del Carmen su anterior aspecto, el de las playas con azul turquesa que han atraído a millones de personas de todo el mundo.

La labor no es fácil, como no lo ha sido para los empleados de la dirección de la Zona Federal Marítimo Terrestre que desde mayo han batallado con esta alga que sigue y sigue recalando.

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Con rastrillos y carretillas, los empleados de Ar.Co apilan las algas en montañas que posteriormente juntan para poder así utilizar la máquina que succione lo más que pueda y la saquen de la playa.

Otros por su parte, en el agua hacen la labor para reacomodar la malla amarilla que continúa con sus pruebas antes de instalar toda la valla que cubrirá la parte sur desde Playacar hasta Calica.

De repente, uno de los pocos que se animan a entrar al agua llega hasta esta malla y, como ha sido en días anteriores, trata de usarla como flotador. Alguien, uno de los empleados de la empresa le hace señas para que la suelte y por lo menos en esta ocasión el bañista obedece.

Desde el muelle, en un rápido vistazo se aprecia el sargazo acumulado en estas montañas hasta la zona de El Recodo. También se observa cómo se acerca otro tanto lentamente, conforme el vaivén de las olas lo acerca a la costa.

Pareciera que esta batalla la va perder el ejército de Ar.Co, pero no se rinden, continúan con la labor y conforme el sol llega al cenit, pareciera aliarse con el sargazo y querer doblegar a estos hombres que continuamente se refrescan con uno o dos y hasta tres vasos con agua purificada y bebida hecha a base de electrolitos.

No se rinden, así como los pocos turistas tampoco se van de la playa sin antes haberse tomado las fotos y hasta un baño de sol.

Y tampoco se van los trabajadores de la construcción, los que llegaron como cada domingo a cumplir con el ritual y que ahora observan este choque de fuerzas entre la naturaleza y la resistencia de los hombres de Ar.Co que, simplemente, no se irán hasta que concluya su turno.

 

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Por FERNANDO MORCILLO/GRUPO CANTÓN

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