El mandatario estadounidense subrayó el déficit comercial por más de 500 mil millones de dólares que Estados Unidos mantiene con China
El presidente Donald Trump firmó hoy un memorando para imponer a China tarifas arancelarias por 60 mil millones de dólares, en respuesta al daño que provoca a Estados Unidos por sus “injustas” prácticas comerciales, además del robo de propiedad intelectual.
La orden también establecerá sustanciales restricciones sobre las inversiones chinas en empresas estadunidenses, con un especial énfasis para proteger las licencias tecnológicas, y cuyos parámetros serán recomendados eventualmente al mandatario por el Departamento del Tesoro.
Trump pareció adelantar acciones similares contra otros países con quienes Estados Unidos mantiene desbalances comerciales, al afirmar que la orden de hoy “es la primera de muchas”, después de estampar su firma en el documento, y mostrarlo a los fotógrafos y camarógrafos presentes.
Aunque sus asesores económicos habían indicado antes que el valor de las tarifas arancelarias contra China alcanzarían los 50 mil millones de dólares, Trump dijo durante la ceremonia de firma en la Casa Blanca que el monto “podría ser de 60 mil millones”.
Aunque se jactó de su buena relación con el presidente Xi Jinping, y reconoció su ayuda frente a Corea del Norte, el mandatario subrayó el déficit comercial por más de 500 mil millones de dólares que Estados Unidos mantiene con China, como otra razón para recurrir a esta medida, conocida como 301.
“Ahora mismo tenemos un déficit comercial de 800 mil millones de dólares con el mundo, y eso quiere decir que China es más de la mitad, y nos vamos a ocupar de eso, y francamente eso nos va a hacer una nación más fuerte, más rica”, dijo.
El mandatario insistió que su acción corresponde simplemente a una postura de reciprocidad, tratando a China de la misma manera que ese gobierno lo hace con Estados Unidos. “Queremos un espejo recíproco.
Algunos lo llaman una tarifa espejo. Impuesto espejo. Si ellos nos imponen una tarifa, nosotros les cobramos lo mismo. Así es como deben ser las cosas, no es así ahora, por muchos años que no ha sido así”, dijo.
Robert Lighthizer, titular de la Oficina del Representante Comercial (USDTR), dijo que las acciones ordenadas por Trump están encaminadas a proteger la ventaja tecnológica que tiene Estados Unidos, “probablemente la más importante parte de nuestra economía”.
A pedido de Trump, esa oficina condujo un estudio que concluyó que China mantiene una política para forzar la transferencia de tecnología de las empresas estadunidenses que buscan tener operaciones en su territorio, bajo acuerdo de inversión conjunta. “El presidente lo ha analizado y ha concluido que debemos imponer tarifas sobre productos apropiados.
Que pongamos restricciones a la inversión de China con respecto a las tecnologías, y que vayamos a la OMC (Organización Mundial de Comercio)”, dijo, hablando en el evento. Peter Navarro, asesor económico del presidente, dijo por separado a periodistas que lo que Estados Unidos está haciendo es “defenderse de manera estratégica contra esta particular forma de agresión económica”, y aseguró que la acción resultará en más empleos aquí y menos en China.
“Las tarifas están diseñadas de manera específica a corresponder al daño hecho por las restricciones (chinas) sobre la propiedad, particularmente el casos de empresas de inversión conjunta y transferencias forzadas de tecnología”.
Explicó también que las acciones eventuales que recomiende el Departamento del Tesoro al mandatario para imponer restricciones a la inversión china en Estados Unidos, tomarán como base la información contenida en el reporte preparado por el USDTR.
Un funcionarios de la Casa Blanca explicó por separado a periodistas que la instrucción para acudir ante la OMC tiene como propósito lograr la resolución favorable de disputas con China sobre prácticas discriminatorias de China sobre la operación de licencias tecnologías.
Además instruirá al secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, para que en 60 días proponga acciones “para responder a preocupaciones sobre la intención de adquisiciones o inversiones en Estados Unidos que sea dirigida o facilitada por China en industrias o tecnologías que son consideradas importantes para el país”.
