La Procuraduría General de la República descartó que se tratara de crimen organizado o atentado terrorista la explosión en la embarcación Caribe III de Barcos Caribe, ocurrida el 21 de febrero. De acuerdo con las investigaciones, se trató de una bomba rudimentaria, de fabricación casera y poco alcance la que se detonó, y no tenía el objetivo de afectar a los pasajeros.
Con ello tomó fuerza nuevamente la teoría de que se trató de un autoatentado perpetrado por la familia Borge para cobrar el seguro del navío, que ronda aproximadamente los 4 millones de dólares.
En conferencia de prensa realizada en la Cd. de México, Alberto Elías Beltrán, subprocurador jurídico y de asuntos internacionales de la PGR, dio a conocer detalles de las investigaciones realizadas por el organismo y resaltó la similitud del artefacto que explotó con otro hallado en aguas de Cozumel días antes y los encontrados pegados a otro barco de la misma naviera en días posteriores.
Elías Beltrán confirmó que el explosivo utilizado era de fabricación casera y “no tenía el propósito de afectar a las personas que estaban en la embarcación, tenía una capacidad muy limitada”.
Dijo que a la fecha la Procuraduría General de la República ha realizado diversas diligencias como inspección del lugar de los hechos con peritos en química, criminalística, fotografía, incendios y explosivos.
Descartó la autoría por parte de organizaciones terroristas o delincuencia organizada. “En el primero de los casos no se registró una reivindicación de alguna organización ni existen las condiciones que motiven el incidente de este tipo ni de magnitud. Respecto a organizaciones criminales se descarta, porque dicho acto es contrario a sus intereses, pues actos como estos provocan el aumento de niveles de seguridad y de atención de las autoridades en esa materia en la entidad federativa”, indicó.
“La PGR ha tenido una estrecha relación con la Secretaría de Gobernación, Marina Armada de México, así como las autoridades del estado de Quintana Roo”, indicó el subprocurador.
“Quiero también destacar la colaboración inmediata en las investigaciones del FBI y del Departamento de Alcohol y Tabaco, Armas y Explosivos de los Estados Unidos”, señaló.
EXPLOSIÓN, INTENCIONAL
Aunque aún queda pendiente descartar varias líneas de investigación, se refuerza la teoría de que pudo tratarse de un autoatentado, pues la explosión fue provocada de manera intencional con un artefacto de fabricación casera, colocado en la cubierta intermedia y detonado a distancia.
Según las investigaciones, se supo que el autor de la bomba conoce el material usado en la industria minera y de la construcción. Información de la carpeta de investigación FED/QR/PC/0000140/2018, apunta a que se utilizaron cinco cargas explosivas para causar daños a la embarcación, con número de identificación IMO 9570981, que acababa de atracar en el muelle de Playa del Carmen. Se contabilizaron 26 lesionados, cinco de ellos extranjeros.
OTROS HALLAZGOS
El 20 de febrero, prestadores de servicios turísticos de Cozumel encontraron un tubo de PVC del cual asomaban unos cables amarillos y que en su interior contenía una cajita negra, que flotaba a unos 800 metros de la línea de costa, el cual recogido y reportado a la Estación de Búsqueda y Rescate.
Al día siguiente, el vicealmirante Carlos Bandala González, comandante del Sector Naval de Cozumel, señaló que desconocían la procedencia del artefacto que se explotó en la Marina Fonatur por elementos de la Secretaría de Marina Armada de México.
El 1 de marzo, nueve días después de esta explosión y a cinco días de que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) suspendiera la operación de la naviera y retirase del muelle de Playa del Carmen el ferry siniestrado, uno de los empleados de la compañía encontró y fotografió un presunto artefacto explosivo en otra nave de la misma empresa, Caribe II, mientras buceaba para limpiar el casco. Minutos después informó y envió la imagen a la gerente de Barcos Caribe.
Según las fotografías que circularon en redes sociales antes de que las autoridades emitieran una versión oficial, se observaban dos tubos de plástico amarrados de manera muy endeble, uno a babor y otro a estribor de las paletas, justo a un costado de las propelas.
La embarcación se encontraba parada a 500 metros de la costa de Cozumel, y tiene 10 meses sin operar, pues no cuenta con la concesión de navegación respectiva y solo se usaba para transportar refacciones, señaló un informe preliminar de la Administración Portuaria Integral del Gobierno del Estado de Quintana Roo (Apiqroo).
REFUERZAN SEGURIDAD
El gobierno del Estado de Q. Roo agradeció, en un comunicado, las labores de la PGR y dijo que se mantiene atento para determinar lo que realmente ocurrió.
Afirmó que no descansará de exigirle al gobierno federal que los culpables paguen por sus acciones, a las que llamó cobardes, al afectar los destinos turísticos y provocar zozobra en los quintanarroenses.
Añadió que se ha reforzado la seguridad en todas las zonas poblacionales y en especial en los sitios turísticos, para evitar que incluso estos “hechos aislados”, como los calificó la PGR, puedan entorpecer la tranquilidad de la población y la normalidad de la actividad turística.
Por otra parte, el comisionado general de la Policía Federal, Manelich Castilla anunció que 900 elementos fueron desplegados en Cancún para reforzar la vigilancia en la zona hotelera y en los puntos de concentración de turistas.
De la Redacción/Agencias/Quintana Roo Hoy
