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28 marzo, 2024

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Dulce inversión

CANCÚN,Quintana Roo.-Las frutas exóticas y de temporada de la Península de Yucatán representan una oportunidad para que los habitantes de Quintana Roo desarrollen productos como mermeladas de varios sabores, y los estudiantes de diversas instituciones educativas de nivel superior conocen el potencial de este mercado, por lo que muchas ideas de negocios que han desarrollado, están enfocadas en el aprovechamiento de frutos como pitahaya y ciricote.
Estudiantes de quinto semestre de Ingeniería en Gestión Empresarial del Instituto Tecnológico de Cancún (ITC), decidieron aprovechar el fruto del árbol conocido como ciricote, que existe en la región y se desperdicia. Debido a que la planta crece en cualquier lugar, consideran que es un área de oportunidad y con mucho potencial para desarrollar la mermelada “coktée”, (nombre de la fruta en lengua maya).
Si bien por el momento es un proyecto escolar, las jóvenes emprendedoras tienen la visión de consolidar una microempresa que llevará el nombre de “Coktée”, debido a que realizaron un pequeño estudio de mercado y encuestas, que las llevó a confirmar el potencial del producto, de igual forma hicieron diversas muestras hasta llegar a un producto final, orgánico y sin azúcar.
Lourdes Álvarez señaló que la fruta se desperdicia en muchas localidades de la entidad, debido a que no todas las personas lo aprovechan, pues se descompone debajo de los árboles, en tanto para su proyecto decidieron recolectar el ciricote, en varios fraccionamientos de la ciudad de Cancún.
Además tienen conocimiento que en los pequeños poblados de Quintana Roo abundan árboles de ciricote y pueden aprovecharlos al máximo para tener la materia prima y producir cantidades importantes para atender la demanda y ampliar sus puntos de venta.
Después de cuatro meses de trabajo, por fin lograron elaborar el producto con azúcar mascabado y uno especial para personas con diabetes, y consideran que pueden contribuir en mejorar las condiciones de vida de los habitantes de las pequeñas comunidades, ya que en su momento pueden comprarles la fruta que muchas veces se desperdicia en los patios.
Recalcó que en conjunto con sus compañeras Fátima Soto y Brenda Ramírez, seguirán investigando en dónde pueden conseguir el fruto para producir la mermelada, que ha tenido buena aceptación y pretenden habilitar pequeños punto de venta, ya que no quieren dejar que su proyecto se quede solo en un trabajo escolar.
Coincidieron en la importancia de no abandonar los sueños y las metas, por ello seguirán trabajando para crear la microempresa e impulsar la mermelada para que sea un producto que consuman los habitantes y luego buscar ingresar en alguna cadena hotelera.(Angélica Pool/Unisymás)

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