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29 marzo, 2024

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La educación más allá de la institución

La institución básica de la sociedad es la familia, en esta se logra formar a seres humanos con los más altos valores éticos y morales, y también es justo en la familia donde se puede aprender todo lo contrario y formar los seres más malévolos que se pueda imaginar.

Hay otras instituciones que coadyuvan en la construcción o destrucción de la sociedad, por ejemplo, las escuelas en todos sus niveles, las instituciones religiosas, políticas, de beneficencia, las no gubernamentales, incluso las delictivas, son parte de los espacios donde el ser humano se modela con base en lo que escucha, ve y hace.

Sin lugar a dudas, a cada persona le llega el momento de tomar sus propias decisiones y con base en el proceso formativo, experiencias y criterios, actúa y forja su propio destino y en muchas ocasiones el de otros más. Hay un sin fin de historias con ejemplos de extremo a extremo, lo que permite deducir que no hay regla escrita que garantice el éxito o el fracaso de las instituciones en el esfuerzo de formar hombres y mujeres de bien.

La educación entonces va más allá de la institución, y al final de cuentas ni la edad, ni la familia, ni la escuela por si mismas son autónomas para garantizar el resultado del proceso formativo, puesto que en la misma familia que convive en un espacio determinado y con normas establecidas, cada miembro de la misma familia, es muy diferente, es entonces donde la afirmación que intitula este escrito, tiene sentido.

El ser humano es pues, el resultado del conjunto de normas y reglas que convergen en un tiempo y espacio determinado más la suma de las formas de pensamiento y acción de todos aquellos con quienes convive fuera de las instituciones formales, y esto da como resultado un mundo completo, único, e inigualable, que funciona así como es y así como esta porque es el resultado de lo que cada uno ha aportado, sin juzgar si es bueno o malo, al fin de cuentas, es el propio ser humano el que decide que hacer o como enfrentar lo que le sucede.

Podría concluirse que el ser humano recibe dos tipos de educación, la de las instituciones y la que está fuera de estas y que el mismo acepta para sí o la educación que él o ella misma se dan, que sin duda esta última es la que prevalece y la que determina las acciones de cada persona, y la persona solo sobre ella misma puede tener influencia en la forma de pensar y en los demás puede influir a través de sus acciones.

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