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¿POR QUÉ NO MENCIONA A FÉLIX O A BORGE? EL LIBRO DE GREG SÁNCHEZ

El libro que escribió Greg Sánchez es, absolutamente, conmovedor.

Ni imaginar siquiera lo que vivió su mujer, Niurka, huyendo embarazada. Lo demás, la Siedo, las llamadas tramposas del titular de Gobernación, el infierno de Nayarit, su historia de perseguido está completamente aterrizado. Fácil, muy fácil de seguir, de corroborar, porque así fue.

Es decir, el libro publicado por Proceso tiene la virtud de la verdad.

Excepto en la adjudicación de responsabilidad total de su encarcelamiento a Felipe Calderón Hinojosa, entonces presidente de México.

Esta es la parte que me resulta difícil de aceptar, porque quienes quisieron, en todo momento, quitarlo del proceso electoral, fueron Félix y Borge. No hay para donde hacerse en esto. Quiero suponer que al salir de prisión hubo algún acercamiento, al menos con Borge, sin embargo, resulta extraño, complicado admitir que no sean mencionados.

En ese tiempo no se movía una hoja si no lo ordenaban. ¿Por qué borrar a los principales villanos? ¿Por qué disminuir la fuerza de una persecución política por ambiciones locales de poder?
Greg Sánchez tiene una historia conmovedora, de campesino, hijo de campesino, también como hombre con una capacidad excepcional para ganar dinero. Esto queda muy bien plasmado en el libro, que por cierto llamó “Injusticia protegida”.

Lo que se desvanece es el entorno político de finales de sexenio, de su crecimiento de popularidad en Cancún, de su fuerte posibilidad de contender por la gubernatura contra Roberto Borge. Esos meses, las últimas semanas, sobre todo, antes de que terminase acusado y encarcelado en Tepic tienen que darnos muchas respuestas, que no están en el libro.
¿Greg no quiso profundizar en esto? O, también puede ser, quienes ayudaron a escribir, a editar la historia buscaban un público ajeno a los aconteceres de Quintana Roo.

Niurka es el gran personaje de esta novela, aunque aparezca fugazmente, aunque te quedes como lector con ganas de saber más de ella. Las cartas que le envía a su pareja son brutalmente enternecedoras. Esto gana todo el libro, igual que el gran espacio que ambos le conceden a su religión, lo que siempre se supo.

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Su padre, otro personaje principal que vemos en algunas páginas, muy de pasada, se nos presenta como una persona con una inteligencia tremenda que tuvo la osadía de vivir en Chiapas, de fundar una población y después de ayudar a los migrantes, conocido, amigo del subcomandante Marcos.

Vale la pena leer el libro, pero mucho más interesante sería recuperar todo lo que Greg no quiso decir, lo que está detrás de estas páginas, incluyendo el conflicto con Julián Ricalde, que no pudo haber sido tan suave como parece. Y, en lo personal, me quedo con ganas de saber más de su vida en la cárcel al lado de un hombre que defendí y quise mucho, hasta el final de su vida, mi general Jesús Gutiérrez Rebollo, y de otro hombre que defendí hasta los golpes y ya no quiero ni mucho ni poco: Salvador Rocha.

Publicado por
Redacción Quintana Roo