El anuncio que hiciera Carlos Joaquín González en el marco de la conmemoración del Día Mundial del Medio Ambiente, trasciende por tratar abierta y honestamente, por histórica vez, el tema de la preservación y las acciones frontales.
Tan sólo los temas de la necesidad de prolongar y robustecer el Acuerdo de Tulum para la Preservación del Gran Arrecife Mesoamericano; asicomo la confirmación del Acuerdo General de Coordinación para la Sustentabilidad de la Península de Yucatán, que contiene ni más ni menos que la intención de liberar al territorio de organismos genéticamente alterados, esto es, transgénicos; muestra una voluntad transparente de trabajar en materia de preservación, sin simulaciones.
El tema de los transgénicos cierra la puerta a la irresponsable y criminal Monsanto-Bayer y ésa, fue la ‘última tentación’ de Roberto Borge, la que no tuvo tiempo de negociar, de lo contrario, el campo quintanarroense estaría plagado de transgénicos, con las consecuencias adversas y directas a la producción de miel orgánica, a los suelos y los mantos freáticos.
Esta decisión representa un avance notable, aunque deja en la palestra algunos otros no menos importantes, me refiero por ejemplo al tema del agua y la basura. Recientemente, un trabajo notable de investigación periodística publicado aquí mismo, nos ha hecho saber que en Quintana Roo, estamos filtrando sin tratamiento, el 70 por ciento de las aguas residuales.
En ese sentido, hay que insistir, enérgicamente: ¿qué pasa con el tema de la concesión en la distribución de agua “potable” y el saneamiento de la residual? El estado de Quintana Roo, debido a la importancia que reviste, no puede desatender o minimizar esta problemática, sencillamente porque no se puede correr el riesgo de poner al destino en riesgo de terminar en la ruina; seguir como vamos, afectando los mantos freáticos es poner un arma en la cabeza y jalar del gatillo, es suicida.
Buonanotte.
