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18 abril, 2024

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El superpolicía

Suegras, cuñadas y comadres. Gran revuelo causó en los sectores político, periodístico y por supuesto policíaco y hasta delincuencial, el nombramiento del Teniente Coronel Julián Leyzaola Pérez, a quien le han llamado “El Superpolicía” por haber disminuido los índices delictivos y la violencia en ciudades como Tijuana y Juárez.

El nuevo asesor de Seguridad Pública del Ayuntamiento Benito Juárez es reconocido por su mano dura contra la delincuencia, a la que ha enfrentado sin miramientos de ningún tipo, incluso llamando “mugrosos” a hampones de alto riesgo.

Sin embargo, este “Superpolicía” ha sido acusado en diversas ocasiones por violaciones a los derechos humanos de los delincuentes e incluso por aplicar la tortura en su contra, problema por el que de hecho ha sido inhabilitado para ocupar cualquier cargo público.

Y ahí está el detalle, como diría Cantinflas ¿Hasta dónde las investigaciones deben hacerse con rigor y hasta dónde se deben cuidar las garantías individuales de los delincuentes?

Esta es una pregunta sin duda polémica en los que deberá realizarse un amplio debate.

Pero, en lo particular, creo que es tiempo de aplicar estrategias más duras para atacar a una delincuencia que se ha asentado en esta ciudad con total impunidad, generado pánico en la población y ríos de sangre por las calles de Cancún.

Que es una persona que se excede en la fuerza, que si es un funcionario que negocia con los delincuentes, que si… Como sea, en realidad la forma no importa, hoy lo que interesa es que disminuyan los índices delictivos y tanta violencia que azota esta ciudad.

La inseguridad en Cancún se ha convertido en un serio problema social, político y hasta económico, al poner en jaque la inversión y el turismo, fuente de riqueza y empleo.

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Si en verdad lo que se pretende es disminuir la violencia, es hora de dejar trabajar a una persona como esta, que se dice, tiene bien fajados los pantalones.

Está visto que con tibiezas y con agentes coludidos al hampa, los delitos no disminuirán y Cancún se mantendrá en grave riesgo de desaparecer.

Bienvenido sea un policía de verdad, de aquellos de antaño.

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