PALOMA WONG
GRUPO CANTÓN
CHETUMAL. Los trompitos también llegaron a la capital del estado a través de la taquería Don Miguel, que tiene 22 años de ofrecer a los comensales carne al pastor, en un negocio que ha pasado de generación en generación, pues ahora es administrado el joven Miguel Antonio Gamboa Ramayo.
En una taquería de Mazatlán, se hizo viral a través de la redes sociales la venta de “trompitos de pastor”, por lo que en Chetumal no se dudo en bajar dicha oferta alimenticia, en donde Miguel ofrece a los comensales 400 gramos de paladar ofrece la a través de los trompitos realizados con carnes al pastor.
Y también tendrá los alambres al pastor, lo cual considera es una delicia para los clientes, solo que ambos platillos son por encargo.
Quintana Roo Hoy (QRH): ¿Desde hace cuánto tiempo empezó el negocio?
Miguel Gamboa (MG): El negocio lo abrieron mis padres des- de el año 2000, ellos fueron los fundadores de la taquería y levantaron un negocio aquí en la ciudad y yo solo estoy siguien- do la tradición que es la venta de tacos y tortas al pastor. Solo que ahora estamos renovando la actividad comercial para nuestros clientes.
QRH: Han pasado 22 años desde que tus pa- dres abrieron, ¿tú como has visto la evolución del negocio?.
MG: Si ha evoluciona mu- cho, pero más en el periodo de la pandemia sanitaria, ya que nos enfocamos más a las ventas por redes sociales, porque to- do era para llevar. Entonces creo que de ahí nos empezaron a cono- cer aún más, ya que incrementa- ron mucho las ventas.
Entonces siempre que sacamos un producto o una promoción tenemos buena respuesta de los clientes y de las recomenda- ciones de los clientes o los que pasan por aquí y se acercan a comprarnos, pues nos ubicamos en la calle Mahatma Gandhi entre Hé roes y 16 de septiembre, de la colonia Centro.
QRH: ¿Cómo empiezas a incursionar el trompito en la venta de pastor?
MG: Los trompitos los hicimos porque se hizo viral en las redes sociales y pues nuestros
clientes nos estuvieron eti- quetando para que noso- tros también lo hagamos y les cumplimos. Prácticamente nosotros fuimos los prime- ros en Chetumal en “confeccionar” un trompito a la medida de nuestros clientes y pues la verdad nos va bas- tante bien, tenemos buena respuesta de la gente, ya que tenemos un buen consumo. Cuando iniciamos con la venta de los trompitos, llegó un día que vendimos hasta 55 entonces eso nos motivo a seguir, pero ahora como no nos da el tiempo suficiente, por lo labo- rioso, entonces solo vendemos por encargo. Ahora estamos vendiendo de cinco a seis a la semana por encargo
QRH: ¿Siempre se han ubicado en este local?
MG: Fíjate que no, nosotros empezamos vendiendo en un carrito justamente en la esqui- na de la calle Mahatma Gandhi entre Héroes, pero como mu- nicipio nos fue corriendo, en- tonces nos fuimos alejando de la esquina, primero fueron tres metros, después cinco y así has- ta que logramos conseguir este local y lo rentamos.
Anteriormente el carrito del trompo de pastor lo tenía- mos en la calle y adentro me- sas para dar el servicio a los clientes, y ahora lo tenemos adentro desde la pandemia sa- nitaria, pero esperamos ya en breve reinagurar nuestro local y tener todo como antes de la pandemia sanitaria para poder ofrecerle a nuestros clientes un lugar donde comer sus tacos y tortas de pastor, o en su caso los trompitos o el alambre.
QRH: Y a los clientes ¿qué les ofreces?
MG: Nosotros siempre he-
mos innovado con lo que el cliente nos pide o nos aconse- ja, por eso metimos al trompito que son entre 400 a 500 gramos de carne por 180 pesos, que les alcanza como para dos perso- nas, entonces le damos sus sal- sas y tortillas hechas a mano.
Además hacemos diversas promociones, un ejemplo los miércoles son de 10 pesos la promoción es una vez al mes, te- nemos promociones exprés que son tortas al tres por dos, esto es dependiendo de la promoción y todo va para la redes sociales.
También tenemos dinámicas para el día del Padre, Día del Ni- ño, Día de la Madre, siempre es- tamos innovando en eso.
La taquería don Miguel, a cargo de Gamboa Ramayo, no solo es una taquería familiar, si- no que también ofrece empleo a ocho personas, que incluso con la pandemia sanitaria resistie- ron sin recortar a su personal, pues este es un ejemplo de que “quien quiere, puede”.
